miércoles, 26 de julio de 2017

CHARLIE SHAVERS O LA ELEGANCIA HECHA TROMPETA DE JAZZ

Muchos y muy notables son los trompetistas que han ido construyendo la historia del jazz a lo largo del siglo XX. Entre ellos, tal vez uno de los más olvidados hoy en día es Charlie Shavers, pese a su enorme calidad, en gran parte debido a que muchas de las sesiones que registró como líder no son siempre fáciles de conseguir en formato digital. Neoyorkino de nacimiento, Shavers vino al mundo en 1917, según las enciclopedias del jazz, o tal vez en 1920, según él mismo solía decir, añadiendo que había tenido que falsificar su edad en cierto momento de su carrera con objeto de que le permitiesen trabajar legalmente. Sea como fuere, Shavers aprendió a tocar el piano y el banjo antes de decidirse por la trompeta, y hacia la mitad de los años 30 ya formaba parte de importantes orquestas de rhythm and blues de la época, como las de Tiny Bradshaw o Lucky Millinder, antes de pasar a integrar el legendario sexteto de John Kirby, una de las formaciones de jazz de mayor éxito del momento.


Charlie Shavers en plena acción.
Shavers era un hombre procedente del swing, pero con suficiente amplitud de miras como para adaptarse a los cambios que a mediados de la década de los 40 se introducirían en el jazz de la mano del bebop. Además de grabar con músicos de Nueva Orleáns como Jimmie Noone o Sidney Bechet, Shavers formó parte de la famosa orquesta de Tommy Dorsey, en la cual tocó durante largos períodos de tiempo hasta la muerte de Dorsey en 1956. Como compositor nos legó la inolvidable "Undecided", pieza que escribió en la época en que tocaba con el sexteto de Kirby y que se ha convertido, con el paso de los años, en un standard del jazz. Pero sin duda, Shavers será recordado siempre por su participación en las giras de conciertos organizadas por el productor Norman Granz bajo el nombre de Jazz at the Philharmonic. En ese contexto, Shavers brilló sobre todo en las épicas batallas musicales que libró, trompeta en mano, con el gran Roy Eldridge. Muchas de ellas, afortunadamente, quedaron preservadas en cinta magnetofónica para la posteridad, algo que todo aficionado al jazz deberá agradecer siempre a Granz, cuyos oídos estaban siempre abiertos a todo aquello que rezumase calidad y pudiese comercializarse. Por desgracia, un cáncer de garganta se llevó a Shavers en 1971, cuando no contaba más que 53 años, pero para entonces se había cansado de la escena musical y vivía prácticamente retirado.





Para admirar la grandeza de Shavers a la trompeta es preciso escuchar, primeramente, discos en los que participó como acompañante. Como ejemplo podemos citar álbumes clásicos como The Hawk in Hi Fi, de Coleman Hawkins; Lady Sings the Blues, de Billie Holiday; Blues a la Mode, de Budd Johnson; o esa verdadera orgía de tambores que es The Drum Battle, un combate con baquetas entre los baterías Buddy Rich y Gene Krupa. Pero si uno quiere disfrutar del sonido de Shavers como líder, lo recomendable es la antología The Everest Years, un CD editado en 2005 que recoge veinte temas grabados entre 1959 y 1961 para el sello Everest. En estas sesiones toda la atención se centra en su trompeta, y además lo encontramos en una compañía inmejorable, con músicos excelentes como Ray Bryant al piano, Aaron Bell al contrabajo o Grady Tate a la batería, y en algunos de los cortes incluso aparece el siempre interesante Wild Bill Davis (que por entonces había firmado también un contrato con Everest) al órgano. Además de una versión de "Undecided", el repertorio está compuesto por una serie de standards que nos ofrecen la posibilidad de escuchar a Shavers en plena forma, interpretando con la elegancia que siempre lo caracterizó las melodías, para entregarse después a imaginativas y atractivas improvisaciones que dan buena cuenta de su inigualable talento. El resultado, obviamente, no defrauda: es un disco que, siempre que lo pongo, no puedo escucharlo solamente un vez, sino que acabo oprimiendo el botón del play de nuevo... y luego al menos otra vez más. Como coda final, y con objeto de mostrar cómo sonaba Charlie Shavers sobre un escenario, dejo aquí un vídeo grabado en Copenhague en el que aparece junto a Ben Webster, uno de mis saxofonistas favoritos.




                                                 ANTÓN GARCÍA-FERNÁNDEZ