miércoles, 16 de septiembre de 2015

JUAN CARLOS MARTÍN RAMOS BRINDA POR MARÍA ELENA WALSH.


Juan Carlos Martín Ramos nas Cíes


Aínda me boto as mans á cabeza cando leo, escoito ou sospeito que as persoas pretenden escribir sen lecturas profundas.
     
     Sigo a manter que sen lectura non hai escrita de calidade. Imposible enganarnos. Que mellor maneira para escribir ben que coñecer os diferentes estilos dos grandes escritores e, moitas veces, sen os dos máis ilustres?
     
     Juan Carlos Martín Ramos é un grande escritor de poesía para nenos.
     
     Juan Carlos Martín Ramos é un poeta que cre na forza e no bo uso da palabra para artellar os seus fermosos versos.
     
     Con Juan Carlos Martín Ramos levo falado moito de poesía e temos gustos moi similares.
     
     Juan Carlos Martín Ramos é un magnífico lector e posúe unha bagaxe literaria enorme, que deita na súa obra. Unha obra excelente. Unha obra dun gran lector.

     Neste texto agarimoso que hoxe presenta Versos e aloumiños, Juan Carlos Martín Ramos rende unha homenaxe emotiva a unha das referencias esenciais da poesía para os cativos: María Elena Walsh. E faino como debe ser. Na intimidade da lectura da escritora arxentina. Lendo os seus poemas, téndoos presentes acotío e, a partir de aí, escribindo unhas liñas e un poema esplendorosos.
     
María Elena Walsh
     E Juan Carlos Martín Ramos quere compartir esta homenaxe con todos nós. Un pracer. Todo un detalle de afecto que recibimos cos brazos abertos.

     
     Non o esquezamos: leamos un día si e outro tamén eses poetas, homes e mulleres, que nos emocionan coas súas verbas. Non deixemos que caian no esquecemento. Esta sociedade tan materialista tende a sepultar as voces daquelas persoas que cren na poesía como algo vivificante e nós non debemos permitilo.



MARÍA ELENA WALSH: “LA VIDA ES MUY TRISTE SIN DICCIONARIOS”


Me enteré de la muerte de María Elena Walsh con unos días de retraso. Bueno, la verdad es que no tengo la menor intención de darme por enterado, porque yo la sigo leyendo igual que siempre y la siento cada vez más viva y más necesaria.

Que no cuenten conmigo para celebrar ningún absurdo y funesto aniversario relacionado con María Elena Walsh. Eso sí, cada vez que leo uno de sus poemas o alguno de sus cuentos, o cada vez que escucho una de sus canciones, brindo por ella y, entrelazando mi brazo con la luminosa estela de sus palabras, me bebo su copa y la mía de un solo trago.

Cuando leí aquella noticia, antes de desmentirla abriendo uno de sus libros, picoteé por internet y me tropecé con una entrevista que le hicieron en 2004.

Es una entrevista que recomiendo a quien entiende la literatura infantil y juvenil como un género menor, como un subgénero o incluso como una entelequia fuera de todo género. También se la recomiendo a quienes entienden que la literatura infantil y juvenil, si no es en primer lugar buena literatura, tal vez pueda ser infantil o juvenil, pero desde luego no es literatura. Y ya de paso que la lean quienes tienen como principal objetivo en la vida machacar la educación y a los educadores. Si es que saben leer.


El titular de aquella entrevista era y es: María Elena Walsh: “La vida es muy triste sin diccionarios”. Con esta referencia podréis encontrarla fácilmente: edant.clarin.com > Edición Sábado 17.04.2004.

La frase me sirvió aquel mismo día para escribir el poema que incluyo a continuación. Naturalmente, lo mejor del poema es la frase de María Elena Walsh, pero, una vez más, su ejemplo fue para mí un estímulo, como lo es permanentemente para quienes nos hemos embarcado en la aventura de escribir y defender la poesía para niños y adolescentes con la convicción de que, desde su orilla, se puede construir un sencillo pero sólido puente sobre el gran río de la poesía.

 
Un texto de María Elena Walsh



                        LA VIDA ES MUY TRISTE SIN DICCIONARIOS
                                      
               (A María Elena Walsh)

La vida es muy triste sin diccionarios,
sin palabras que llevarse a la boca
(o a la punta de los dedos) para decir
quién eres,
cuáles son tus deseos,
a quién esperas cuando te quedas solo.

La vida es muy triste sin diccionarios,
sin brújulas para llegar
a la siguiente curva del camino,
sin mapas para aprender la geografía
de tu propia sombra.

La vida es tan triste sin diccionarios
que, al deshacer tu equipaje,
puedes descubrir cualquier día
los andrajos de un desconocido.
               
Tal vez encuentres algunas respuestas,
pero nunca sabrás
cuáles son las preguntas verdaderas.

                        Como llevar tatuado el nombre de quien va a tu lado
sin conocer el significado, cálido y secreto,
de su abrazo,
así de triste es la vida sin diccionarios.




                                       Juan Carlos Martín Ramos