miércoles, 23 de enero de 2013

A luz das palabras (7): Javier Ruiz y Trestrece

Javi y Antonio
Cuando era adolescente sentía una enorme envidia por los grupos que tocaban en Vigo. Como, supongo, en toda aquella España gris y putrefacta, había una sana enfermedad de crear grupos entre amigos y demás y tocar en colegios, institutos, guateques etc. Yo conocía a un amigo que era amigo, a su vez, de los componentes del grupo Stags. ¡Cuánto disfruté en los ensayos en un bajo que los padres de uno de ellos les dejaba! La influencia de los Beatles y los Rolling Stones era patente. Yo, al principio, escuchaba las canciones de ambos grupos en las interpretaciones de los Mustang y de los Salvajes. Aquellos chicos tocaban por el placer de tocar únicamente. Grabar era una utopía. Y así muchos otros como Los Santos, Los Diávolos, los SN y algunos más que se pierden en la memoria.

Conocer a Javi Ruiz fue maravilloso. Primero, porque es una persona honesta, abierta, inquieta, generosa, en la que puedes confiar. Después, por su enorme pasión por la música.Y eso es algo que une. Javi Ruiz es el líder indiscutible de un grupo que busca su sitio en el panorama musical de este país: TRESTRECE. Y él es el máximo responsable de que el grupo tenga vida, busque caminos y pueda subsistir. Javi Ruiz toca la guitarra, canta y compone las canciones. Lleva años luchando contra la incomprensión, teñida de incultura, de una sociedad que no valora suficientemente la buena música. Javi Ruiz sabe de música, sí, y mucho, y ha bebido de las fuentes de las grandes estrellas del pop y del rock. Leo en el libro de Jordi Sierra i Fabra, Los sonidos del corazón, el siguiente párrafo: " - Dice que los nuevos no conocemos la historia (de la música) y que sin saber de dónde venimos o sin haber conocido el pasado no podremos entender el presente ni hacer la música de hoy. Más o menos (...)". Javi Ruiz sí que conoce buena parte de esa historia, hace música de hoy y respeta y le gustan todos aquellos músicos que fueron aportando su grano de arena para que la transformación musical llegase al momento actual. Javi Ruiz los conoce, ha tenido influencias y los admira. En el mismo libro podemos leer esto: "- Aprender y absorber. Hay que sentir la música, pero también dominarla (...)". Pues Javi Ruiz y los demás componentes de TRESTRECE absorben, aprenden de todo, sienten la música en lo más profundo e intentan, con todas sus fuerzas, dominarla. Por eso Bajo un nuevo sol es un disco estupendo. Yo se lo envié de regalo a Jordi Sierra i Fabra, uno de los pioneros de la crítica musical, y me dijo tajantemente: "Tienen temas muy buenos". Y no lo dice cualquiera y menos por compromiso porque yo no le había preguntado nada. A mí, el disco, cuanto más lo oigo, más me gusta. No me aburren sus audiciones y afirmo que es una muy buena muestra de lo que estos jóvenes hacen y van a seguir haciendo si no los ahoga la tiniebla de la injusticia. Espero que no. Yo confío mucho en Javier Ruiz y en sus compañeros.



Trestrece en concierto
Termino con unas líneas de la crítica que Alonso Rull escribió para la revista Popular 1"TRESTRECE hace del pop rock de calidad su bandera. Calidad y estilo, basado en una instrumentación pulida, mesurada, rica en matices y, sobre todo, en la voz de Javier Ruiz, un prodigio de recursos y sabiduría en su inagotable labor de la búsqueda de la melodía adecuada" y añade más adelante: " (...) tan solo hace falta que el viento les lleve a terrenos venturosos, pues han hecho los deberes con mimo y dedicación y solo les falta un pequeño impulso para ocupar el lugar que se merecen (...)". Totalmente de acuerdo con estas afirmaciones. Yo pienso lo mismo y, sobre todo, después de haber escuchado, no hace mucho, su "directo" en La Fábrica de Chocolate, aquí en Vigo. Fue un auténtico placer.

Y ahora voy a poner tres canciones que Javier Ruiz os recomienda para que escuchéis. No son del grupo, sino de maestros de la música. Tres canciones destacadas por él y para disfrutar.



Bohemian Rhapsody de Queen, del álbum "A night at the Opera".
The Wall, pt. 3 de Pink Floyd, del álbum "The Wall".
Cualquiera del Abbey Road, de The Beatles.

Y como seguro que se olvidó de poner algún tema de Bob Dylan, soy yo quien os aconseja Positively 4th Street, porque aconsejaros la mejor canción de todos los tiempos, Like a rolling stone, sería, sin duda, una obviedad imperdonable.



LA MÚSICA, ESA HERMOSA ENFERMEDAD
La música ha sido una fiel compañera y amiga desde mi adolescencia.

Aunque recuerdo, siendo un crío, ir en la parte trasera del coche de mis padres y sentir fascinación por algunos temas que sonaban en la radio (recuerdo especialmente cuando lo hacían "Bohemian Rhapsody" de Queen y "Stairway to Heaven" en M80), despertando en mí una extraña sensación, mezcla de curiosidad, mezcla de envidia, por lo que sentirían esas bandas cuando interpretaban sus canciones electrizantes ante sus legiones de fans.


Ya con 13 años, fueron unos primos míos los encargados de iniciarme en el rock, de la mano de grupos como AC/DC o Iron Maiden, decantándome desde una temprana edad por el sonido más eléctrico y duro. Recuerdo con cariño mis primeras cintas de cassette, con temas grabados de Bon Jovi, Whitesnake o los propios Queen, de los que tenía un recopilatorio que llegué prácticamente a quemar. Otro de mis primeros recuerdos musicales es estar en casa de otros familiares, siendo yo muy pequeño, y que estuvieran escuchando el vinilo de The Wall el cual también me llamaba poderosamente la atención.



Javi, a media luz en el escenario
No fue hasta llegar a los 17 años que un compañero de clase de idiomas, de mayor edad, viendo las pegatinas que llevaba en mi carpeta de los grupos que idolatraba, me preguntó si ese amor por el rock se traducía también en vocación por algún instrumento. Le respondí que eso estaba muy lejos de mi alcance económico, a lo que él respondió que estaba bien equivocado, pudiendo comprar una guitarra por menos de 20.000 pesetas. Lo cierto es que hasta entonces, aun a pesar de tener la guitarra española de mi padre por casa, nunca me había molestado en averiguar cuánto costaría una guitarra eléctrica como la de mis ídolos, antojándoseme como algo muy lejano e inaccesible. Al enterarme de que no era algo al alcance de unos pocos privilegiados, moví cielo y tierra para que, entre mis padres y abuelos, me comprasen mi primera guitarra, una Talmus que costó (si no recuerdo mal) unas 17.000 pesetas con una funda de lo más sencilla y un amplificador a pilas. No tardé mucho en apuntarme a clase y, junto a compañeros de mi Instituto y amigos del barrio, montamos nuestra primera banda, Leyenda Negra, en honor a un tema de Tots Sants, un grupo mallorquín que nos gustaba especialmente a todos. Como dato anecdótico, dimos nuestro primer concierto en un 12 de octubre, aniversario de esa leyenda sobre las brutales prácticas de los colonos con la población indígena, curiosa coincidencia.

Tocábamos lo que podíamos, literalmente, si alguien se sabía una canción de los Ramones, la tocábamos. Si luego se terciaba una versión de Van Halen o de Pearl Jam, allí nos tenías, destrozándola con todo el cariño del mundo. Fueron años maravillosos en los que descubrí lo que era subir a un escenario y, para qué negarlo, lo mucho que costaba, en todos los sentidos. Nuestro primer concierto, nos costó 25.000 pesetas. Sí, he dicho nos costó porque tuvimos que alquilar equipo para poder tocar en la fiesta de mi Instituto, así se las gastaban por aquel entonces.


Los años pasaron y se sucedieron las bandas, Plan 9, más heavy aún y con muy buena aceptación en la Isla, The Nash, un indie-rock trepidante que me permitió explorar más mi lado melódico y como guitarra solista y, finalmente, Trestrece, el proyecto que desde mediados de los 2000 ando desarrollando, con la inestimable ayuda de todos los que me han acompañado desde el principio, el gran Pablo Di Salvo, Biel Amengual, Angel Ríos, Victor Granados... tanta gente que a veces me olvido, pero a los que guardo en mi corazón y vamos recordando nota a nota en cada concierto que damos.


La familia actual se completó hace ya casi 3 años con Mey al bajo y Toni a la guitarra, siendo Julián el "novato" a la batería, a punto de cumplir su primer año, y ahí seguimos, luchando, pagando casi la mayor parte de veces por subir al escenario, pero disfrutando de la enorme suerte que es poder crear y compartir algo que amas tanto como la música. Saber que alguien, a cientos o miles de kilómetros de ti ha disfrutado con tus canciones, es motivo suficiente para que recorramos otros 1000 km para estar en la siguiente ciudad y demos todo durante esa hora y poco de gloria que nos da cada actuación. Ahí es donde espero veros pronto, compartiendo unas palabras antes o después de cualquiera de nuestros conciertos... Hasta entonces, hasta pronto.


JAVIER RUIZ


Canción

Podéis escuchar la canción “Crisálida”, segundo single del disco Bajo un nuevo sol, en el reproductor que aparece debajo de estas lineas.



Letras

Para acceder a todas las letras del disco Bajo un nuevo sol, haced click aquí.